Océanos: afectan desde el aire que respiramos hasta el agua que tomamos
- Rosario Jacoby
- 26 jul 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 31 ago 2022
Pensamos que nuestras acciones no pueden llegar muy lejos de donde pisamos, de donde vivimos. Pero si un plástico cae a través de la cloaca, probablemente desemboque en el río y luego de un tiempo, puede que llegue al océano. Muchas veces vivimos en nuestra burbuja de individualidad y pensamos que nuestras acciones no repercuten en lugares lejanos como son los océanos.
Los océanos, aquellas masas de agua, que sin ellas no habría vida. Y al igual que todo lo que comprende a la vida, se trata de un proceso dinámico. La circulación de las masas de agua en los océanos hacen que lo que uno tira en un lugar pueda llegar a miles de kilómetros de allí. Un gran ejemplo son las islas de plástico que consisten en la agrupación de residuos, en su mayoría plásticos que flotan y que se acumulan y forman extensas balsas flotantes de basura en la mayoría de océanos. Actualmente existen unas 7 islas. Un ejemplo es la ubicada en la corriente oceánica del vórtice subtropical del Pacífico Norte. Tiene más de 60 años y es la isla de plástico más grande del mundo. Esto nos muestra como lugares prístinos, es decir no pisados por el ser humano, pueden ser igualmente contaminados. Da cuenta del impacto que tenemos como seres vivos en el planeta, el cual cohabitamos con muchas otras especies.
Los océanos tienen una importancia vital para nuestro planeta y afectan desde el aire que respiramos hasta el agua que consumimos. Es por ello que varias organizaciones ambientales empezaron a adoptar la campaña 30x30, cuyo propósito es proteger el 30% de los océanos del mundo para el año 2030. Los océanos cubren el 70% de la superficie del mundo. En la actualidad, solo el 2,7% se encuentra dentro de una zona altamente protegida. La campaña 30x30 es un llamado a los gobiernos y líderes mundiales para que aumenten urgentemente el nivel de protección de los entornos marinos.
Es necesario actuar ya. El cambio climático genera un aumento de la temperatura a nivel global lo que hace que se derritan los glaciares cambiando el nivel del mar, su salinidad y pH, afectando a muchos seres vivos. Por ejemplo, este aumento prolongado de las temperaturas genera la decoloración de los corales que hace que se quiebre la relación simbiótica entre los corales y sus zooxantelas (algas). Luego, el coral expulsa a las zooxantelas, pierde su color (decoloración) y se vuelve débil.
Para lograr el objetivo del 30x30, es necesario crear áreas marinas protegidas, para así preservar la salud y la biodiversidad de los océanos del mundo y ayudar a mitigar los efectos del cambio climático. Al igual que las áreas terrestres protegidas como Parques Nacionales o Reservas, las áreas marinas protegidas son espacios diseñados para preservar animales, plantas o hábitats naturales específicos. Dentro de un área marina protegida, existen límites para ciertas actividades humanas, desde la extracción de petróleo hasta la pesca y el buceo. Estos límites están diseñados para contrarrestar problemáticas como la sobrepesca y la destrucción del hábitat, o para proteger un sitio históricamente importante. Las áreas marinas protegidas no solo se encuentran en el mar o en mar abierto: las regiones costeras y los hábitats como los manglares, los arrecifes y las marismas pueden protegerse. La Gran Barrera de Coral en Australia, por ejemplo, es una de las áreas marinas protegidas más grandes del mundo.
Origen de la campaña 30x30
Por más que no vivamos cerca de océanos, cuidémoslos en nuestro actuar y difundamos su importancia, para así poder sufrir en menor medida las consecuencias del cambio climático.

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